El hambre puede realmente hacer que la gente “tenga hambre”, sugiere una investigación.
El pequeño estudio descubrió que un estómago vacío está fuertemente vinculado a la sensación de enfado e irritabilidad, lo que lleva a una sensación que muchos conocen como hambre, una combinación de las palabras hambre y enfado.
Dirigido por académicos de la Universidad Anglia Ruskin (ARU), en el Reino Unido, y de la Universidad de Ciencias de la Salud Karl Landsteiner, en Austria, la investigación también descubrió que el hambre se asocia a niveles más bajos de placer.
El autor principal, Viren Swami, profesor de psicología social en la ARU, dijo: “Muchos somos conscientes de que tener hambre puede influir en nuestras emociones, pero, sorprendentemente, pocas investigaciones científicas se han centrado en tener “hambre”.
El nuestro es el primer estudio que examina el “hambre” fuera de un laboratorio.
“Al seguir a las personas en su día a día, descubrimos que el hambre estaba relacionada con los niveles de ira, irritabilidad y placer.
“Aunque nuestro estudio no presenta formas de mitigar las emociones negativas inducidas por el hambre, las investigaciones sugieren que ser capaz de etiquetar una emoción puede ayudar a las personas a regularla, por ejemplo, reconociendo que nos sentimos enfadados simplemente porque tenemos hambre.
“Por lo tanto, una mayor conciencia de estar ‘hambriento’ podría reducir la probabilidad de que el hambre provoque emociones y comportamientos negativos en los individuos”.
Los investigadores reclutaron a 64 personas de Europa central, que registraron sus niveles de hambre y varias medidas de bienestar emocional durante un periodo de 21 días.
Informaron de sus sentimientos y sus niveles de hambre en una aplicación de smartphone cinco veces al día.
Según los resultados, el hambre se asocia con sentimientos más fuertes de ira e irritabilidad, así como con calificaciones más bajas de placer.
El estudio sugiere que los efectos fueron sustanciales, incluso después de tener en cuenta factores como la edad y el sexo, el índice de masa corporal, el comportamiento dietético y los rasgos de personalidad individuales.
Además, descubrió que las emociones negativas -irritabilidad, enfado y malestar- están causadas tanto por las fluctuaciones diarias del hambre como por los niveles residuales de ésta.
Los resultados se publican en la revista Plos One.
Comments