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Las personas sin parentesco que se parecen tienen probablemente un ADN similar, según sugiere una nueva investigación.
Los investigadores estudiaron parejas de personas no emparentadas que se parecen, y determinaron el impacto de la herencia frente al entorno en su apariencia.
Descubrieron que los doppelgangers (dobles) de su estudio no sólo tenían rostros, altura y peso similares, sino que también tenían similitudes en algunos aspectos de su comportamiento.
El autor principal, Manel Esteller, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras de Barcelona (España), dijo: “Durante décadas se ha descrito como un hecho probado la existencia de individuos que se parecen sin tener ningún vínculo familiar, pero sólo en términos anecdóticos y sin ninguna justificación científica.
El uso generalizado de Internet y de las redes sociales para compartir imágenes ha permitido identificar y estudiar a estas personas
Manel Esteller, autor principal
“El uso generalizado de Internet y de las redes sociales para compartir imágenes ha hecho que ahora podamos identificar y estudiar a estas personas.”
Los investigadores reclutaron a 32 parejas parecidas que habían sido fotografiadas como parte de una serie del artista canadiense Francois Brunelle.
Cada uno de ellos completó un cuestionario sobre su estilo de vida y sus medidas corporales.
Se utilizaron tres programas diferentes de reconocimiento facial para determinar en qué medida se parecía cada pareja: su parecido.
Según el estudio, 25 de las 32 parejas fueron consideradas correlativas por al menos dos programas.
El Dr. Esteller dijo: “Esto se acerca mucho a la capacidad humana de reconocer gemelos idénticos”.
Además, se encontró correlación en 16 de las 32 parejas de los tres programas, y estas parejas constituyeron la base de otras investigaciones.
Los investigadores también llevaron a cabo análisis de ADN en muestras de saliva tomadas de los gemelos, así como análisis de su microbioma.
Los resultados revelaron que nueve de las 16 parejas tenían muchos polimorfismos de nucleótido único (SNP) comunes, el tipo de variación genética más común entre las personas.
Entre estas 16 parejas, muchas compartían pesos similares, y el análisis de sus factores biométricos y de estilo de vida también mostró similitudes.
El estudio también encontró una relación entre los rasgos de comportamiento de las parejas, como el tabaquismo y el nivel de educación, lo que sugiere que la variación genética compartida no sólo se relaciona con la apariencia física, sino que también puede influir en los hábitos y comportamientos comunes.
El Dr. Esteller dijo: “Algunos estudios anteriores han comparado el genoma de individuos con rasgos faciales, pero en la población general.
“Nuestro estudio muestra marcadores genéticos que son fundamentales en el desarrollo de la forma de la nariz, el labio y la boca, además de determinantes totalmente novedosos de la estructura ósea y la textura de la piel que también proporcionan rasgos característicos de nuestro rostro.
“Los marcadores ambientales, como el epigenoma y el microbioma, eran más distintos entre los parecidos y, por tanto, las diferencias de estas personas que se parecen pueden atribuirse a las sustancias químicas que regulan la misma secuencia de ADN y a la composición del microbioma.”
Los resultados se publican en Cell Reports.
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