Los cráneos de los pájaros carpinteros no actúan como cascos amortiguadores como se pensaba, según un nuevo estudio que sugiere que sus cabezas son más bien martillos rígidos.
Los científicos llevan mucho tiempo tratando de entender cómo los pájaros carpinteros golpean repetidamente sus picos contra los troncos de los árboles sin dañar sus propios cerebros.
En estudios anteriores se planteaba que los cráneos debían actuar como cascos amortiguadores.
Sin embargo, una nueva investigación, publicada el jueves en el revista Current Biologyrefuta esta noción, diciendo que sus cabezas actúan más bien como martillos rígidos.
Los científicos, entre ellos los de la Universidad de Amberes (Bélgica), calculan que cualquier amortiguación del cráneo dificultaría la capacidad de picoteo de los pájaros carpinteros.
“Analizando vídeos de alta velocidad de tres especies de pájaros carpinteros, descubrimos que los pájaros carpinteros no absorben el choque del impacto con el árbol”, dijo Sam Van Wassenbergh, autor principal del estudio.
En el estudio, los investigadores cuantificaron las desaceleraciones del impacto durante el picoteo en tres especies de pájaros carpinteros.
Construyeron modelos biomecánicos que revelaron que cualquier amortiguación del cráneo sería desventajosa para las aves.
En contra de los hallazgos anteriores, los investigadores afirman que, aunque el choque de desaceleración con cada picotazo supera el umbral conocido para una conmoción cerebral en monos y humanos, los cerebros más pequeños de las aves pueden soportarlo.
El picoteo habitual de los pájaros carpinteros en los troncos de los árboles, según los científicos, está muy por debajo del umbral para causar una conmoción cerebral, incluso sin que sus cráneos actúen como cascos protectores.
“La ausencia de absorción de impactos no significa que sus cerebros estén en peligro durante los impactos aparentemente violentos”, dijo el Dr. Van Wassenbergh.
“Incluso los choques más fuertes de los más de 100 picotazos que se analizaron deberían seguir siendo seguros para los cerebros de los pájaros carpinteros, ya que nuestros cálculos mostraron cargas cerebrales inferiores a las de los humanos que sufren una conmoción cerebral”, añadió.
Desde una perspectiva evolutiva, los científicos especulan que los hallazgos podrían explicar por qué no hay pájaros carpinteros con cabezas y músculos del cuello mucho más grandes.
Aunque un pájaro carpintero más grande podría dar picotazos más potentes, dicen que las conmociones cerebrales probablemente les causarían problemas importantes.
“Mientras filmaba a los pájaros carpinteros en los zoológicos, he sido testigo de cómo los padres explicaban a sus hijos que los pájaros carpinteros no tienen dolores de cabeza porque tienen un amortiguador incorporado en su cabeza. Este mito de la absorción de impactos en los pájaros carpinteros queda ahora desmontado por nuestros hallazgos”, dijo el Dr. Van Wassenbergh.
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