Los científicos han observado una serie de grandes objetos emisores de ondas de radio de baja frecuencia a unos 800 millones de años luz de distancia que, según ellos, parecen “desafiar” las leyes de la física.
Los objetos emisores de ondas de radio incluyen “una emisión de radio fósil, una reliquia de radio y un halo de radio” dentro del cúmulo de galaxias Abell 3266, según el estudio, publicado el lunes en el revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Los objetos “débiles de detectar” fueron descubiertos aplicando un complicado algoritmo a las imágenes tomadas por los telescopios de radio y rayos X, dijeron los investigadores, entre ellos los de la Universidad de Australia Occidental.
“Desafían las teorías existentes tanto sobre los orígenes de dichos objetos como sobre sus características”, escribieron los científicos en The Conversation, describiendo el descubrimiento.
Cuando los cúmulos de galaxias chocan entre sí, enormes cantidades de energía se introducen en el gas ionizado o plasma, generando emisiones en la longitud de onda de radio en una variedad de formas y tamaños, dijeron los científicos.
Uno de estos ejemplos son las reliquias de radio, que, según explican, tienen forma de arco y se sitúan hacia las afueras del cúmulo.
Éstas son impulsadas por ondas de choque que viajan a través del plasma, las cuales, según los astrónomos, provocan un salto en la densidad o la presión, y energizan las partículas.
Los halos de radio son fuentes irregulares que se encuentran hacia el centro de un cúmulo de galaxias, alimentadas por la turbulencia del plasma caliente.
Se sabe que tanto los halos como las reliquias se generan por colisiones entre cúmulos de galaxias, pero gran parte de sus detalles siguen siendo un misterio, explican los investigadores en The Conversation.
Las fuentes de radio fósiles, por su parte, son los restos de la radiación de la muerte de un agujero negro supermasivo en el centro de una galaxia.
En el estudio, los investigadores analizaron la reliquia de radio de Abell 3266, que, según ellos, no se parece a ningún objeto de radio que los científicos hayan visto antes.
Descubrieron que tenía una forma cóncava muy inusual, lo que le valió el sobrenombre de “reliquia en sentido contrario”.
“En general, nuestros datos rompen nuestra comprensión de cómo se generan las reliquias, y todavía estamos trabajando para descifrar la compleja física detrás de estos objetos de radio”, escribieron los científicos.
“Nuestros mejores modelos físicos simplemente no pueden ajustarse a los datos. Esto revela lagunas en nuestra comprensión de cómo evolucionan estas fuentes – lagunas que estamos trabajando para llenar”, dijeron.
Aunque el nuevo estudio ha arrojado más luz sobre estas misteriosas entidades cósmicas, los investigadores dijeron que los hallazgos también plantean más preguntas.
“Se requiere más trabajo para desentrañar completamente la historia de Abell 3266 y sus radiogalaxias constituyentes, y las respuestas a una serie de preguntas siguen siendo esquivas”, escribieron los investigadores en el estudio.
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