Love Island los espectadores fueron tratados a un drama de nivel de batalla real anoche. En la esquina azul: Ekin-Su, quien, después de prometer que mantendría una conversación sobre Gemma con la cabeza vuelta en privado, procede inmediatamente a contarlo a toda la villa. En la esquina roja: Gemma, que está, como era de esperar, furiosa.
Todo empieza porque Dami, consolidándose como un favorito de los fans, se pone en plan clarividente y lee la mente de Ekin-Su y Gemma. Con Gemma, Dami sugiere que a Luca le gusta más que a ella y que una bomba con la que conectó a un nivel superior podría causarle “confusión”. Gemma está de acuerdo en que Dami “no está muy equivocado”. En un inmenso juego de susurros chinos, Ekin-Su se lo cuenta a Jacques y Paige, que le dicen a Gemma que Ekin-Su se lo ha contado a ellos. ¿Siguiendo el ritmo?
El último en enterarse, por supuesto, es el pobre Luca, que se queda luchando con el conocimiento de que le gusta más Gemma que ella. Afortunadamente, a Luca le gusta *tanto* Gemma que está dispuesto a pasar por alto todo esto. El villano, por supuesto, no es Gemma, sino Ekin-Su, que se enfrenta a una doble amenaza de la hija del futbolista y del pescador. Un buen villano nunca acepta la culpa, sin embargo, y Ekin-Su interpreta el papel con aplomo de pantomima. “¿Por qué soy yo otra vez?”, pregunta al público desde el Beach Hut. “¿Cómo es que todo se me viene encima? No he hecho nada malo, pero es tan fácil culparme aquí, ¿no?”. Lo es.
Puede que no sea una buena persona, pero no se puede negar el valor de la superproducción que Ekin-Su añade a la villa. El momento hace que los fans se cuestionen una vez más: “¿Dónde estaría esta serie sin Ekin-Su?”. Por ello, los espectadores también están deseando que ella y Davide reaviven su romance. A pesar de sus negativas cuando sus compañeros de isla se lo suplican, Davide no puede evitar una sonrisa irónica al pensar en “asuntos pendientes” con el actor turco. “Te voy a ser sincero, no sé lo que es, pero hay una especie de química con Davide. Cada vez que estamos juntos, es raro, algo pasa”, admite. La capacidad de cita de Davide y el dramatismo de Ekin-Su podrían lanzarlos al estatus de power couple si los fans reciben lo que quieren.
El drama se desvanece al centrarse en los otros isleños. Todo se resuelve de forma decepcionante, ya que Tash decide ir a por todas con Andrew y Paige decepciona a Jay con mucha suavidad. Los modales suaves se ven interrumpidos por una rabieta fantásticamente infantil de Jacques, que se vuelve a poner los zapatos y se marcha después de que Paige diga que va a nadar con él y acabe charlando con Jay.
Uno no puede evitar sentir lástima por la nueva chica Antigoni, que ha encajado bien en la villa, pero que sufre una clara falta de opciones. Más aún por Danica. ¿Dónde diablos se ha metido Danica? Debe ser la hora de Casa Amor pronto; esas dos estarán rezando por ella.
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