La protección que ofrecen las vacunas Covid-19 contra la infección por el nuevo coronavirus es “de corta duración”, según un nuevo estudio que afirma que las dosis de refuerzo actualizadas son esenciales para una defensa inmunitaria “fiable” contra el virus.
Los resultados, publicados la semana pasada en la revista revista PNASproporcionan pruebas adicionales de que la vacunación de refuerzo es un enfoque crucial para la reducción de las infecciones de ruptura, en las que una persona se infecta a pesar de estar vacunada, así como de la reinfección con el virus Covid-19.
En el estudio, los investigadores, dirigidos por los de la Escuela de Salud Pública de Yale (Estados Unidos), cuantificaron la probabilidad de una futura infección tras una infección natural o una vacunación con las vacunas de Moderna, Pfizer, Johnson & Johnson u Oxford-AstraZeneca.
Afirman que el riesgo de infecciones de última hora depende del tipo de vacuna, siendo las vacunas de ARNm, como las de Pfizer y Moderna, las que ofrecen una mayor duración de la protección.
La investigación descubrió que las vacunas de ARNm ofrecen una protección inmunológica casi tres veces mayor que la de la infección natural y las vacunas de Johnson & Johnson y Oxford-AstraZeneca.
“Las vacunas de ARNm producen los niveles más altos de respuesta de anticuerpos y en nuestro análisis confieren una protección más duradera que otras vacunas o exposiciones”, dijo el autor principal del estudio, Jeffrey Townsend, de la Escuela de Salud Pública de Yale.
“Sin embargo, es importante recordar que la inmunidad natural y la vacunación no son mutuamente excluyentes. Muchas personas tendrán una inmunidad parcial de múltiples fuentes, por lo que entender la durabilidad relativa es clave para decidir cuándo proporcionar un refuerzo a su sistema inmunológico”, dijo el Dr. Townsend.
El estudio concluye que una “protección fiable” contra la reinfección con el nuevo coronavirus requiere un refuerzo actualizado con vacunas adaptadas para abordar los cambios en el virus que se producen como parte de su evolución natural a lo largo del tiempo.
“Tendemos a olvidar que estamos en una carrera armamentística con este virus, y que éste evolucionará para evadir tanto nuestras vacunas naturales como las derivadas de las vacunas. respuesta inmune, dijo Alex Dornburg, otro coautor del estudio.
“Como hemos visto con la variante Omicron, las vacunas contra las primeras cepas del virus se vuelven menos eficaces para combatir las nuevas cepas del virus”, dijo el Dr. Dornburg.
En el estudio, los científicos estimaron los riesgos de infección con el virus Covid-19 comparándolo con las probabilidades de reinfección observadas en coronavirus endémicos como los que causan los resfriados comunes.
“El SARS-CoV-2 es un reflejo de otros coronavirus endémicos que también evolucionan y nos reinfectan a pesar de la inmunidad natural a las cepas anteriores”, dijo el Dr. Townsend.
Citando algunas de las limitaciones del estudio, los investigadores afirman que el hecho de centrarse en la inmunidad mediada por anticuerpos en la investigación “enmascara” otros factores como la variación de la edad, el estado inmunitario, la gravedad de la infección, la respuesta a la vacuna y la memoria de las células T y B del sistema inmunitario.
“Nuestro enfoque no tiene en cuenta estos factores ni sus interacciones”, señalan los científicos, que añaden, no obstante, que se ha demostrado que los anticuerpos son el componente dominante del sistema inmunitario que proporciona protección contra la infección por el nuevo coronavirus.
“La actualización continua de nuestras vacunas y refuerzos es fundamental para nuestra lucha contra el SARS-CoV-2”, añadió el Dr. Townsend.
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